El cansancio que nadie te diagnosticó
- Katherine Torres
- hace 2 días
- 1 Min. de lectura

Hay un cansancio que no se quita durmiendo.
No viene del trabajo, ni de la agenda llena, ni de las responsabilidades.
Viene de callarte lo que sientes, de quedarte donde ya no encajas, de decir “sí” cuando por dentro quieres gritar “no”.
Con los años he aprendido algo claro: lo que no se dice, pesa.
Lo que no se decide, drena.
Y lo que se tolera por costumbre termina pasándote factura, en el cuerpo, en el ánimo y en la paz.
A veces creemos que ser fuertes es resistir.
No siempre.
Muchas veces ser fuertes es poner un límite, hacer una pausa, cambiar de rumbo o soltar sin culpa.
Esta semana te invito a hacerte una pregunta honesta: ¿qué estás aguantando que ya no deberías?
No para juzgarte.
Para escucharte.
Porque vivir en positivo no es sonreír todo el tiempo. Es vivir alineado con lo que necesitas hoy, no con lo que te funcionó ayer.
Y eso, aunque incomode, también sana.
¿Te está pasando que estás cansada y no sabes por qué?
Te leo.
Lourdes




Comentarios